divendres, 28 de setembre del 2012

O que é? o qué é? É a vida! É bonita! É bonita é bonita!!!



Todo un clásico del Brasil, como Garotta da Ipanema, es esta canción:


Compuesta por Luiz Gonzaga do Nascimento Júnior, nacido em Rio de Janeiro (1945) y muerto em um acidente de coche em el 1991. Más sobre su vida:

http://en.wikipedia.org/wiki/Gonzaguinha

La letra es un poco complicada, pero su estribillo es simple y pegadizo (http://letras.mus.br/gonzaguinha/463845/)

O Que É, O Que É?

Gonzaguinha

Eu fico
Com a pureza
Da resposta das crianças
É a vida, é bonita
E é bonita...


Viver!
E não ter a vergonha
De ser feliz
Cantar e cantar e cantar
A beleza de ser
Um eterno aprendiz...

Ah meu Deus!
 

Eu sei, eu sei
Que a vida devia ser
Bem melhor e será
Mas isso não impede
Que eu repita
É bonita, é bonita
E é bonita...


E a vida!
E a vida o que é?
Diga lá, meu irmão
Ela é a batida
De um coração
Ela é uma doce ilusão
Hê! Hô!...


E a vida
Ela é maravilha
Ou é sofrimento?
Ela é alegria
Ou lamento?
O que é? O que é?
Meu irmão...

Há quem fale
Que a vida da gente
É um nada no mundo
É uma gota, é um tempo
Que nem dá um segundo...


 Há quem fale
Que é um divino
Mistério profundo 

É o sopro do criador
Numa atitude repleta de amor...


Você diz que é luta e prazer
Ele diz que a vida é viver
Ela diz que melhor é morrer
Pois amada não é
E o verbo é sofrer...


 Eu só sei que confio na moça
E na moça eu ponho a força da fé

Somos nós que fazemos a vida
Como der, ou puder, ou quiser...


Sempre desejada
Por mais que esteja errada
Ninguém quer a morte
Só saúde e sorte...


E a pergunta roda
E a cabeça agita
Eu fico com a pureza
Da resposta das crianças
É a vida, é bonita
E é bonita...



Este cantautor es todo un clásico en Brasil y esta canción siempre acaba sonando en cualquier fiesta, en carnaval, en una película … La gente la corea y la verdad es que se pega el sentimiento en el pecho de quienes la oímos.


Puso voz a muchos sentimientos del pueblo brasileiro, y la canción que reproduzco en esta entrada, por lo que he podido llegar a saber, la compuso a base de preguntar a la gente que era para ellos la vida.

Me ha parecido una bella expresión para recordar que es la vida, en estos momentos de confusión y tanta agresividad, crisis, tristeza, recortes…. Brasil tiene mucha pobreza, pero la manera de ser de su gente, en general, es alegre, siempre sonriendo y siempre queriendo agradar a los demás.

Pues eso, que llevo desde que volvimos de Ilhabela queriendo aprenderme la canción, porque es un himno al optimismo.

dimarts, 18 de setembre del 2012

Ilhabela, capital da vela



Eduardo (dudú, como le llaman cariñosamente los de para su familia) cumplió 9 años esta semana pasada. Para celebrarlo, sus padres organizaron una fiesta a la que fuimos invitados (bueno, invitaron a mi mayor y de rebote, a todos nosotros).

Lo que tenía de especial esta fiesta es que no era en São Paulo city, si no en Ilhabela.
Conocimos este lugar hace casi casi un año. Fue nuestra primera salida de feriado, de Praia y de paulistanos J

Un poco de información sobre Ilhabela:

“El municipio de Ilhabela, conocido como la 'Capital da Vela', está situado en el litoral norte del Estado de São Paulo. Es el único municipio archipiélago en todo el país y está formado por 13 islas e islotes, la Ilha de São Sebastião es la isla principal del municipio y la más grande de todo el litoral sudeste de Brasil. Es un municipio frecuentado por los amantes de los deportes de aventura y náuticos, que encuentran en sus numerosas playas, islas, lagunas, ríos y montañas, el lugar ideal para practicar todo tipo de deportes, destacando el buceo, por la gran cantidad de naufragios que hay por toda la zona, y todos los relacionados con la Vela.”

 
“La gran mayoría de las islas que forman en el archipiélago de Ilhabela ya estuvieron habitadas antes de la llegada de los primeros europeos a Brasil, como así lo atestiguan los numerosos restos arqueológicos de tribus indígenas localizados por todo el territorio, hoy en día integrados en el archivo del Instituto Histórico Arqueológico e Geográfico de Ilhabela.

Su principal isla era conocida como Ilha de Maenbique hasta principios del siglo XVI, en el año 1502 fue conquistada por los portugueses quienes la renombraron con el nombre de Ilha de São Sebastião. La expedición estaba compuesta por tres carabelas y era comandada por Gonçalo Coelho y el conocido navegante italiano Américo Vespúcio.

Hasta principios del siglo XVII no se establecerían en la zona los primeros colonos. Se instalaron a los márgenes del Canal do Toque-Toque, conocido en la actualidad como Canal de São Sebastião, formando el poblado donde hoy en día se localiza en Centro Histórico de São Sebastião. Su principales actividades económicas eran la venta de esclavos y la agricultura, principalmente la plantación y comercialización de la caña de azúcar, para la que utilizaban en su mayoría mano de obra esclava.

En el año 1636 la población se desvinculo de la Vila de Santos, a la cual había pertenecido desde sus orígenes, y fue denominaba Vila da Ilha de São Sebastião. Posteriormente fue llamada Vila de São Sebastião da Terra Firme y finalmente Vila de São Sebastião.

A principios del siglo XIX, año 1805, la Ilha fue elevada a la Categoría de Vila y denominada Vila Bela, un siglo más tarde, en el año 1901, se convirtió en municipio. En el año 1940 era conocida como Formosa y posteriormente, en el 1944, fue por fin llamada con su actual denominación, Ilhabela.

En la actualidad sus principales fuentes de ingresos son la pesca y el turismo, atraído por su extremada belleza. Sus playas, ríos, cascadas y numerosas rutas que salpican todo su entorno hacen de este lugar uno de los más maravillosos del país, los amantes de los deportes náuticos y de aventura encuentran en todo su territorio el lugar ideal para practicar todo tipo de deportes en contacto con la naturaleza.

Otros de sus grandes atractivos turísticos son su Centro Histórico, con monumentos declarados Patrimônio Histórico, la Reserva Marinha da Ilha das Cabras y los numerosos naufragios ocurridos en la zona frecuentados por los amantes del buceo y submarinismo.”
Para llegar a la isla existen tres rutas alternativas, a usar indistintamente, en función de lo cargadas que estén esas vías. Hay que recordar que los viernes y los domingos (incluso cuando no es feriado) existen grandes embotellamentos de la cantidad de gente que el fin de semana huye literalmente de la ciudad.

Para cualquier paulistano es imprescindible tener una válvula de escape, así que quien más quien menos tiene la residencia familiar o su segunda residencia o bien en el interior (Brotas suele ser un lugar bastante escogido), o bien en la costa (Ubatuba, Guarujá o Ilhabela)

Para llegar a la hora de cenar a la isla, decidimos salir a la estrada, como muy tarde, a eso de las 14:00. Así que fui a pegar as crianças á escola a las 12:35, pasamos por el Mcdonalds y tras la parada justa en casa para comer, colocar las maletas en el coche y pasar por el baño, iniciamos el viaje.

Para ir a la isla es preciso coger un ferry :

(http://www.waymarking.com/waymarks/WM16X5_Ilhabela_Sao_Sebastiao_ferry_Brazil) y se tienen dos modalidades : hora marcada o normal.



La hora marcada suele ser bastante más cara (como de 4 veces)  pero te evita sorpresas. Como pasarte horas esperando tu turno en la fila de la balsa (hasta vendedores de comida y recuerdos hay allí para hacer la vida más amena!). Con la hora marcada, se tiene una fila a parte y se embarca primero. Lo que sobre, para los de la fila normal. Es recomendable tener  la hora marcada y si en el momento del embarque la cosa está tranquila, comprar el pasaje normal y guardar la hora marcada para otra ocasión. No caduca y de esta forma no se gasta tontamente.

Iniciamos el viaje con sol. Los nenes se durmieron todos y nosotros disfrutamos del viaje (la última vez que hicimos ese recorrido tardamos 6 horas en llegar a Ubatuba, y sin aire acondicionado….un horror)… Todo fue tranquilo hasta llegar a la Sierra, donde apareció una espesa niebla y empezó a garoar (http://es.wiktionary.org/wiki/garuar).
El viaje en ferry fue ya sin luz, con lo que los nenes, ya despiertos, vivieron toda una aventura ( yo sufrí lo mío, je je je, imaginando mil y una desgracia, por supuesto!).

Después de localizar la posada (la  primera vez estuvimos en esta http://www.booking.com/hotel/br/caravela-pousada.es.html?aid=318615;label=Spanish_Whole_Site_Reset_High__inurl:es.html%23inurl:booking.com/hotel/br&gclid=CKi8r7bEv7ICFQmpnQodKDQA6Q, y esta vez nos hospedamos en http://www.ilhabela.com.br/pedramenina/, que por cierto, está a la venta, por si a alguien le interesa).
La isla es maravillosa, con muchas opciones para playa, paseo, deportes náuticos, visitas a parques naturales, cachoeiras, etc. Hay muchas playas y lugares (como la mitad norte de la isla), que sólo son visitables o bien con 4x4 (excursiones concertadas en los mismos hoteles o posadas) o bien por barco (hay que contratar la visita en alguno de los puestos que se suceden en diversos puntos de la costa).
Ideal es pasar el día en la playa y aprovechar la tarde para pasear un poco por la costa, antes de ir a cenar, por ejemplo.
Pero no todo es idílico en la isla, no señor… Ilhabela es hogar de unos insectos que, personalmente, hacen que esté en alerta permanente… Los mosquitos! (http://www.blogdesaopaulo.com/ilhabela/ , http://tropicocapricornio.blogspot.com.br/2008/08/la-picadaque-no-picadura-del-borrachudo.html)

“En Ilhabela hay una infestación casi permanente de borrachudos. Es un mosquito muy pequeño, que no vuela a gran altura, y que produce una picadura bastante dolorosa. El mosquito no transmite ninguna enfermedad. A los que somos más sensibles a las picaduras de los mosquitos, la irritación y la picadura nos suelen durar un par de semanas. Hay que protegerse constantemente con repelente. En Ilhabela encontraréis citronela, un repelente natural. A algunas personas las picaduras no les molestan mucho, a otras sí. Si eres sensible a las picaduras de mosquito, te recomiendo buscarte otro destino para tus vacaciones. Os dejo algunos testimonios de lectores que han ido a Ilhabela y han dejado sus opiniones sobre los borrachudos. Vereis que diferentes personas tienen diferentes reacciones:

En la isla se puede adquirir productos de protección y tratamiento de las picaduras. Puedo atestiguar que son horrorosas y hay que tener mucho cuidado. Te pican estando en la playa mismo! Y en mi caso, me hicieron una reacción brutal retardada (una semana después, casi no podía tocarme las piernas!). No menospreciéis a estos insectos y si viajáis a la costa, procuraros protección: citronela, pulseras anti-mosquito, aceite de árbol de té…. O os acordaréis de estas palabras :)






Antes de descargar, como mi mayor estaba ya hacía horas impaciente, tuvimos que ir a la casa de su amiguito para que se quedase a dormir con él, ya que algunos otros compañeros ya estaban allí (y claro, eso de estar con los padres está bien, pero si se puede estar con los amigos… todavía más).
Después de dejar al mayor allí, fuimos a cenar al restaurante la kanoa  (http://www.tripadvisor.com.ar/Restaurant_Review-g609135-d2177338-Reviews-Kanoa_da_Ilha-Ilhabela_Sao_Sebastiao_Island_State_of_Sao_Paulo.html) en el que ya la otra vez estuvimos comiendo y nos gustó (aunque para otra visita tenemos pendiente una sandwichería (http://www.seurestaurante.com.br/sp/ilhabela/centro4/borrachudo-sanduicheria).

El plan sería el siguiente: la famíia del cumpleaños, con los niños, irían a la playa sobre las 10 de la mañana y pasarían allí el rato hasta las 15:00, cuando empezaría la fiesta de cumpleaños en su casa. Las familias de los niños invitados (éramos por  lo menos 4, 3 de ellas en la misma posada) podíamos ir a la playa o hacer alguna excursión. Como eran demasiadas horas de sol para los nenes, decidimos dar un paseo y unirnos al grupo un poco más tarde. La playa en cuestión: Praia da armaçao.
De las playas que conocemos de ilhabela, la que especialmente nos gustó más fue la Praia do sino, llamada así porque tiene unas enooooooooooooooormes piedras (recuerdo del pasado volcánico de la isla) que al ser golpeadas hacen un sonido que parece una campana. En esa playa está el restaurante de Praia do sino, con unas maravillosas vistas al mar, un fantástico lula a doré y unos sucos de polpa mmmmm que bueeeeeeno!!! Aunque esta vez no dio tiempo para degustarlo… lástima! Queda pendiente para la próxima.
Después de la playa (aquí en Brasil, la gente “de bien” no suele llevarse nada a la playa, como ya comenté en la entrada de carnaval de este mismo blog, así que todo lo alquilan en los puestos que se ubican cerca de las mismas), y ducha de toda la familia mediante, nos dirigimos a la fiesta de cumpleaños.

No tengo palabras para expresar lo que allí experimentamos. Nuestra primera fiesta 100% brasileira! Churrasco, sucos naturais, caipirinhas, música brasileira en directo, gente bailando, cantando...
Los niños lo pasaron divinamente, pero los padres tuvimos una experiencia extraordinaria! 100% brasilera, degustando la vida de esta familia, como uno más! Fue fantástico e impagable, lo que no se puede conocer si se va de turismo convencional.





Agradecemos infinito a la familia de Eduardo que nos invitara a pasar el fin de semana en la isla y a participar de esta fiesta en familia! Lo recordaremos, creo yo, por muuuuucho tiempo!




Desde aquí, un gran abrazo!

dimarts, 11 de setembre del 2012

Un conte per a l'11 de setembre



Una família dinava cada dia a l'únic restaurant del seu poble. No és que fos una elecció. El poble tenia forces restriccions en aquest sentit, doncs afirmava que tothom tenia que menjar al mateix lloc, un restaurant creat  sense preguntar per part de qui tenia una idea molt concreta del que havia de ser l'alimentació de cada família.

El restaurant disposava de taules on cada família, segons els seus membres, podien menjar més o menys amb certes concessions: això és, una cadira per a cada comensal, coberts, got i plat per a cada persona. Totes les taules, unes més grans, unes més petites, però totes amb el mateix menú al mateix preu: pa i vi a part.

Aquella família, de pare, mare, 2 fills i l'àvia, menjaven cada dia el mateix: sopa de galets, acompanyada de pa i regat amb un vi de la casa, de garrafa. No gaires pretensions, tot i que a aquella família el negoci els anava bé per anar fent. Tenien un negoci familiar, heretada el seus avis, que feia teles de colors, aprofitant que vivien a prop del riu, en un punt on l'aigua feia moure l moli per tal de donar força suficient per a moure els telers. Era un lloc, però, apartat del centre del poble, i per tant, per a qualsevol cosa que precisessin, havien d'anar uns quants quilòmetres a baix, al centre del poble, com per exemple, anar a dinar al restaurant, ja que era obligació, com he dit.

Al costat dret, hi havia una altra taula, pare, mare i dos fills. Aquesta família vivia a les muntanyes, i es dedicava a treballar a molts metres de profunditat, a les mines que allí hi havien. Era una feina dura, sempre venien a dinar plens de sutge, però se'ls veia feliços. Ells també es demanaven la sopa, el pa i el vi, en grans quantitats, doncs tenien un gran desgast energètic i calia recuperar les forces per a seguir treballant. El poble depenia del seu carbó per a escalfar les cases, Fins-hi-tot el restaurant en depenia! doncs si no, no podia cuinar el menjar de tot el poble.

A l'altre costat de la taula dels moliners,  hi havia una altra taula: un pare, una mare i un fill adolescent. Aquesta família no havia tingut tanta sort, pensava la primera família, ja que el seu negoci anava malament. Vivien al centre del poble i tenien una parada on venien productes que els pagesos volien vendre. No produïen, ja que deien que eren millors negociants que no pas productors, que no servien per a conrear o per a construir. Preferien viure d'aquella manera, però al centre del poble, on caminant aviat arribaven a tot arreu, especialment al restaurant, d’obligatori ús.

Així doncs, aquelles famílies es veien a diari en aquell lloc, volguessin  o no, menjant aquella sopa, aquell pa i aquell vi.

Des d’un bon inici, els preus d'aquell restaurant eren alts. S'havia de comprar molts ingredients per a fer aquella sopa i comprar el vi a l’engròs per a que sortís millor de preu, per tant, el menú era car. Així doncs, l'amo del restaurant va decidir que el menú inclouria sopa i el pa el vi, s'havia de pagar a part. Com els temps eren bons per a la família del molí i els miners, ells sempre demanaven de tot.
Els de la taula del costat, els comercials, no podien permetre’s allò, però el pa i el vi són salut! El pa el demanaven fent esforços, però el vi els quedava del tot fora de les seves possibilitats, però per contra,  no podien estar-se’n de consumir-lo.

Veient l'amo del restaurant el conflicte que havia creat, en lloc de decidir abaratir el preu del vi, va anar cap a la taula de la família del molí i la dels carboners, i  els va dir:

- Senyors, els seus negocis els hi van bé! i es poden permetre la sopa, el pa i el vi, mentre que hi ha taules que no poden prendre-ho. Crec que lo just és que vostès convidin a la taula del costat per a que pugui tenir el mateix que tenen vostès. SI més no, al vi.

La família del miner es va mirar sorpresa. Ells, que es passaven moltes hores sota terra, sense parlar amb ningú, sense tenir amics, doncs sempre anaven bruts i ningú els volia tractar, no entenien gaire aquella proposta. Així doncs, intentant no ser gaire bruscs, van determinar que ells continuarien demanant el de sempre, però que evidentment si sobrava, podien prendre les restes del vi de la seva taula per a reomplir les gerres de les taules que no en tinguessin suficient o simplement, no en tinguessin. L'amo del restaurant, entenent que el miner calia que estigués content, ja que si no apujaria el preu del carbó i tenia uns modals una mica forts, hi va accedir. Des d’aquell dia, el vi de la taula dels miners sempre que sobrava, anava a parar a la taula d'altres comensals on hi faltava.

La família del moliner, una família que feia mans i mànigues per a poder comerciar les seves teles a la gent del poble, es va veure una mica compromesa. Si no acceptava la proposta de l'amo del restaurant, els comerciants no voldrien vendre les seves teles al poble, i potser tot el poble mai més en compraria. Podien intentar vendre-la al estranger, però tenien por de que el poble pressionés també al mercat proper, van decidir que era més convenient ser conciliadors. Així doncs, van tancar un preu amb l'amo del restaurant: pagarien el seu menú de  sopa, pa i vi, i pagarien dos ampolles de vi per a d'altres taules. Així doncs, va pensar, els donem el temps necessari per a que replantegin el negoci i es puguin pagar ells el seu vi. Qui sap si fins-hi-tot un dia ens ho agraeixen!

I així es va fer, durant mesos i anys. Els miners menjaven i ningú els deia res. Al acabar, es recollia el seu vi sobrant i es portava a d'altres taules. Els miners havien oblidat aquell fet, ja que ells no se'n veien afectats, i per tant, el fet de que el vi sobrant es reaprofités no els feia mala sang.

A la família del moliner, se'ls passava el compte de les dues ampolles de vi de més. Veien com a la taula dels comerciants es prenien el vi com si res passes, i no podien para de pensar com era que aquella família de comerciants, que passava dificultats amb el negoci, continuaven rebent el vi, sense canviar cap dels seus hàbits per tal de poder accedir pels seus mitjans a aquell vi que tant degustaven. 

Quan es van assabentar que els comerciants havien decidit tenir un fill més es van preguntar com era que decidien aquell fet, tenint en compte les dificultats que tenien per arribar a consumir el vi. Però com que els temps no eren pas gaire dolents, fent una mica d'esforços, podien continuar prenent la sopa, el pa i el vi i a més a més convidar als de la taula del costat.

Va arribar l’època de la sequera, i el molí amb prou feines tenia l'aigua suficient per a poder moure els telers. L'alcalde del poble havia fet construir una presa més a munt, per tal d'assegurar l'aigua a la gent del poble, i es clar, el molí no era prioritari. Existia la possibilitat de portar energia d'altres llocs, així que per a poder continuar amb el negoci, van haver d'estirar les seves finances per tal de poder continuar endavant: el negoci era familiar, per tant, seria el menjar per als seus fills el dia de demà.

Presa la decisió, en arribar al restaurant, la família del moliner va parlar amb l'amo del restaurant i en va exposar la situació. Les finances no permetien continuar accedint a aquell pacte que l’amo els hi havia proposat unilateralment, no podien seguir pagant aquell vi de la taula del costat, ja que amb prou feines podien pagar el seu. L'amo del restaurant va sospesar la situació. En aquest temps, havia fet força amistat amb la família de la taula de comerciants, i fins-hi-tot estaven pensant en que el dia de demà els seus fills s'unissin en el negoci. L'amo es veia incapaç de retirar el benefici adquirit de rebre el vi gratuït per part de la família  del moliner, i més ara! Que estaven esperant un fill! Així que veient-se incapaç d'afrontar la situació, va forçar al moliner a seguir amb aquell tracte. No li va abaixar el preu del menú, si no que va proposar que la família del moliner deixés de prendre el pa, per tal de que la família de comerciants seguís prenent el seu vi.

Per la seva part, la família del miner, també passant dificultats, va decidir demanar menys vi, per lo que la quantitat de vi sobrant era menor. L'amo del restaurant els hi ho va fer saber, però el miner l'hi va recordar el tracte: només donem allò que sobra, ni més ni menys. I l'amo del restaurant va haver de callar.

El moliner va sentir la conversa i va començar a adonar-se que havia venut la seva pell al diable.

Amb tristesa, la família del moliner, a partir d'aquell dia, va continuar consumint la sopa i el vi, sense pa, veient com el seu sacrifici anava a parar en forma de vi a la taula del costat. En aquell moment, aquella decisió, tot i que dolorosa, mirant els fills com no tenien més que aigua per veure, i patint les conseqüències de les restriccions produïdes per la manca de cereals, els feia pensar que segur que aquells sacrificis, el dia de demà, havien de servir per a que les relacions entre moliners  i comerciants fossin millor. Però això no va passar.

Els comerciants seguien fent plans de futur. No havent de pagar el vi, podien seguir amb el seu ritme de vida alegrament aliens a les penúries de la família els moliners, sense ser conscients de la realitat d’aquella família que havia decidit viure allunyada del poble i amb tants sacrificis.

Va arribar el dia en que la família del moliner si havia de seguir pagant aquell vi només es podia demanar la sopa per a la seva família, però l'amo del restaurant els seguia cobrant el vi de la taula del costat. El moliner va voler parlar amb l'amo del restaurant, novament. Li va demanar que, un cop més, reconsiderés la situació de la seva família, i que davant l’obligatorietat d'anar a aquell restaurant a menjar aquell menú i davant l'evidència de les decisions del poble de desviar el caudal del seu molí, no podia seguir aquell ritme. Calia fer un replantejament de la situació.

L'amo del restaurant va veure que si accedia, la taula del seu amic el comerciant deixaria de percebre el vi, i això seria una catàstrofe pel seu negoci. El moliner li va arribar a suggerir  que  ells es portarien el menjar de casa, tot i seguir menjant en el restaurant, però allò era inadmissible! Qui pagaria llavors el vi? i si el comerciant s'adonava que estava vivint per sobre de les seves possibilitats?? El negoci del restaurant s'estava desmuntant...

La família del moliner va parlar amb la del miner intentant fer un front comú. Li va preguntar que en pensava de tot plegat, però el miner ni se n'havia adonat. Ell seguia fent la seva vida igualment. Res havia canviat, per tant, ni tant sols se n'havia adonat de la situació del moliner. Van parlar una llarga estona, el moliner volia acabar amb aquella situació, però el miner no el podia ajudar. El seu pacte era un bon pacte.

Aquestes notícies van arribar a orelles del comerciant, no se sap com. Ràpidament, va parlar amb els clients del poble, fent córrer la veu que el moliner estava guardant les millors teles i els seus beneficis i que en realitat no volia seguir ajudant a la comunitat. No era veritat, però tant se valia.  Ràpidament, el poble es feia boca-orella de la situació, i les poques vendes del moliner es van veure greument afectades.

Així va ser com un dia, la família del moliner va arribar a la conclusió de que seguir anant a aquell restaurant no era un bon negoci. Calia canviar de poble o anar a dinar al restaurant del poble  del costat.

Quan l'amo del restaurant va escoltar aquelles paraules va embogir! com era que aquella família de moliners els hi proposés allò? Si sempre havien estat veïns! Com podia llavors seguir mantenint el nivell a totes les taules del restaurant? Tot i que la família del moliner intentava explicar la seva situació, mostrant els seus llibres comptables, ensenyant com de afamats estaven els seus fills, la resta de taules del restaurant seguien enfadats. Fins-hi-tot els comerciants els acusaven de menjar les molles de sota la seva taula sense que ells n'haguessin demanat permís! Ells! que feien tantes molles!

I així va ser, con un dia, aquella família de moliners es va adonar que en aquell poble no hi tenien cabuda. Tots els seus veïns els negaven la paraula i se'n mofaven obertament.  Cada dia era un suplici, insuportable. Així va ser com un dia, van decidir deixar de complir la normativa i quedar-se a menjar pomes al jardí de casa seva.